¿Quién dijo que la heroína es mala? Yo tengo unos cedés en casa y algún vinilo en los que se demuestra lo contrario. Charlie «Bird» Parker fué un genio del saxo alto que, con el beneplácito de Gillespie y algún otro, creó en los 40 un nuevo y revolucionario estilo dentro del mundo del Jazz llamado Bebop.
Me imagino que lo de «Pájaro» era porque volaba igualmente con figuras melódicas imposibles con su saxo, haciendo piruetas y requiebros antes inimaginables, serpenteando como un río que se encuentra con otro y forman uno más grande, para después volver a separarse, sin sentido y con sentido, girando y fluyendo como la música, como la heroína en sus venas.
¿Podemos separar al genio de su adicción? ¿La heroína le provocaba un estado gracias al cual podía desarrollar ese talento, o la música y la droga eran dos caminos paralelos que le apartaban momentánea y continuadamente de la soledad, del sinsabor de la vida?
Os recomiendo «Bird», de Clint Eastwood. Una de las mejores películas sobre un músico de Jazz y, para mí, lo mejorcito de «Harry», que por cierto, ¿para qué se mete a hacer las bandas sonoras de sus pelis, pudiendo hacerlo mejor Lennie Niehaus?
«Cuando Charlie Parker murió, el 12 de marzo de 1955, el parte médico del forense informaba que el cadáver era de un hombre de 60 años. En realidad, no había cumplido los 35″.