Richard Wagner era antisemita, abierta y claramente, como se puede desprender de múltiples escritos y artículos publicados EN VIDA. Digo lo de EN VIDA porque no vivió durante las atrocidades del nazismo, aunque su música les sirviera a los nazis de estandarte en celebraciones y campañas. Me costaría mucho pensar que estuviera de acuerdo con todo aquello y que ni siquiera sintiera orgullo de la utilización de su música con tales fines. Y era antisemita, sí. Pero no nazi. Al igual que podéis decirme que no se puede demostrar su censura al nazismo, por no haberle tocado vivir aquella época, tampoco se puede negar lo contrario. Se presupone la inocencia. Y eso que me cae mal este tío.

Richard Strauss, por contra, sí vivió durante el nazismo, y ocupó un cargo musical importante durante su gobierno. Pero mira por dónde, no era antisemita. Trabajó con el libretista Stephan Zweig, judío, al que defendió para preservar sus derechos y evitar su exilio, costándole precisamente esta defensa más de un disgusto con las autoridades nazis. Que digamos que Strauss pasaba de los 70 años en esa época no les servirá a muchos de excusa. Que mitigara ingenuamente, o por conveniencia, la repercusión de la política nazi, me imagino que tampoco. Que se desentendiera, al fin y al cabo, de todo aquello, menos. Paradójicamente, al finalizar la guerra tuvo que exiliarse en Suiza, donde acabó sus días.

¿Cómo era la frase?: Los tiempos difíciles sacan lo mejor y lo peor de nosotros.

Como decía Barenboim, de origen judío, a propósito de Wagner y la interpretación de su música en Isarel (más o menos, con otras palabras): es respetable y comprensible que haya gente que sufra con la música de Wagner, que recuerde el sufrimiento y a familiares desparecidos, y que esa huella quede para siempre asociada a su música. Pero todo el mundo, incluso en Israel, tiene derecho a disfrutar o, al menos, conocer su música. Daniel Barenboim censura al personaje (sus ideas) y ama su música.

De Furthwängler y Karajan a lo mejor hablo otro día, aunque, la verdad, no me apetece mucho.

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